El reto de abordar los cuidados de larga duración en el entorno rural

El reto de abordar los cuidados de larga duración en el entorno rural

por Fundación Personas, entidad proveedora de servicios y colaborador del proyecto

Hasta el momento, la respuesta a los cuidados de las personas del entorno rural con necesidades, ha estado limitada como consecuencia de la dispersión de la población y de las características de estos entornos (escasez de servicios; escasez de cuidadores informales y de profesionales cualificados; dificultad para acceder a los recursos y encarecimiento de éstos,  etc.) Así pues, el proyecto, pretende afrontar este reto y plantea “una nueva forma de abordar los cuidados de larga duración en las zonas rurales respetando los derechos de las personas, especialmente el derecho a permanecer vinculados en su entorno natural y mantener el sentido de pertenencia.”  Se pretende, además, dar una respuesta de forma integral aunando soluciones sociales y sanitarias.

A continuación se presenta un cuadro comparativo de otros modelos de atención frente al modelo de atención en los cuidados de larga duración que se está poniendo en marcha desde el proyecto. El objetivo, por tanto, es “poner a prueba un enfoque innovador sistemático en relación a los cuidados de larga duración,”  y para ello se ha confiado en Fundación Personas, “entidad sin ánimo de lucro y con amplia experiencia en la prestación de apoyos a personas con discapacidad y otros servicios de cuidados de larga duración.

La prestación de servicios en los domicilios del medio rural seleccionados para formar parte del proyecto, estarán provistos por esta entidad y por su equipo de profesionales, asentados mayoritariamente en el propio entorno rural; en estrecha colaboración con las coordinadoras de caso social y con la imprescindible participación de las coordinadoras de caso sanitarias, asentadas ambas también en la zona.

Una vez formalizada la adhesión al proyecto, realizada por la coordinadora de caso social, Fundación Personas comienza su intervención. Tras las visitas iniciales de presentación y de toma de contacto, la gestora de caso empieza a generar una relación de confianza con la persona, para así poder conocer sus gustos, deseos y preferencias e ir detallando conjuntamente su plan provisional de apoyos, el cual, con las modificaciones oportunas, se convertirá en unas pocas semanas en su plan de apoyos definitivo. En él, se reflejan los datos básicos de la persona adherida, así como las actuaciones que se van a ir realizando y los apoyos que se van a prestar para que la persona, según sus preferencias, pueda desarrollar su proyecto de vida. Así pues, cada paso que se lleve a cabo con la persona, deberá estar guiado por éste. Además, se debe tener siempre en cuenta su historia de vida, documento abierto, vivo e inacabado que recoge la vida de la persona, destacando momentos relevantes para ésta.

Creada la relación de confianza y tras unas semanas, los participantes en el proyecto eligen si precisan o no apoyo de una tercera persona para la realización de sus actividades básicas de la vida diaria. En este momento entra en acción la figura del asistente personal: perfil que presta los apoyos necesarios y acompaña a la persona para que pueda realizar aquellas actividades que, derivado de algún malestar físico o psicológico, o por razón de edad, enfermedad o discapacidad, no pueda desempeñar de forma exitosa. Las funciones que corresponden a esta figura son amplias y flexibles, buscando siempre adaptarse a cómo la persona quiere o puede realizarlas.

El seguimiento del proceso y de las atenciones recibidas es llevado a cabo por la gestora de caso, la cual podrá realizar modificaciones siempre que así sean solicitadas por parte de la persona interesada, incluidos aumentos o reducciones en los tiempos de apoyo; solicitud de ayudas técnicas y tecnológicas y gestión de adaptaciones de vivienda y modificaciones arquitectónicas, con el simple objetivo de facilitar la estancia de la persona en su domicilio y en tu entorno.

El medio en el que viven estas personas presenta en alguna ocasión su doble cara. Muchas de las características de estos entornos resultan facilitadoras para desarrollar en ellos un proyecto de estas dimensiones (solidaridad vecinal, entorno privilegiado con grandes posibilidades,etc), en el cual la atención a sus vecinos está en el foco de la intervención. Pero en otros momentos muestra su cara menos amable: falta de personal cualificado; dispersión de la población y de los servicios y recursos, lo que conlleva el incremento en el coste de éstos; aislamiento y soledad; lentitud en papeleo y excesiva burocracia; servicios muy generalizados y por tanto poco adaptados a la individualidad de cada uno,etc. Así pues, este proyecto, con sus diferentes agentes, pretende poner al alcance del entorno rural las herramientas, recursos y apoyos, tanto físicos como personales, necesarios para que sus gentes se puedan mantener en ellos.

 

“Gracias al proyecto RuralCare, nosotros, la gente de los pueblos, podemos quedarnos en nuestras casas” (Participante en el proyecto RuralCare, 2022)